miércoles, 22 de julio de 2009

Así será el concierto de Madonna

Sentada en un trono y con Cetro, Madonna abre el concierto.



Tras deslumbrar a Barcelona, la diva recala esta noche en Madrid: su última parada antes de tocar en Zaragoza

'Límite, 48 horas'. Hace 27 años, Nick Nolte y Eddie Murphy protagonizaban esta película del subgénero policial jocoso, que tuvo secuela ocho años después. Ese mismo tiempo, 48 horas, es el que resta para que Zaragoza reciba a Madonna en un concierto que ha pasado del suspense a la sonrisa y que, puestos a pedir, aspira a generar en todos los presentes un éxtasis colectivo.

La cosa promete. El martes, el Barcelona, Madonna se lució ante 40.000 espectadores en el estadio Olímpico Lluis Companys tras ocho años sin visitar la capital catalana. Y el espectáculo, medido al milímetro -que será, por tanto, idéntico al de Zaragoza-, no decepcionó a nadie. Hoy, en Madrid, pese a que quedan 15.000 entradas en taquilla de las 50.000 plazas disponibles en el Vicente Calderón, el augurio es el mismo.

Después de que el artista invitado Paul Oakenfold pone al personal a bailar, el concierto arranca con un vídeo en 3 dimensiones que explicaba la fabricación de un caramelo, inspirado en la película 'Charlie y la fábrica de chocolate'. Enseguida aparece la reina en su trono, con las 'M' de Madonna en polvillo de cristales Swarowski presidiendo la escena, mientras se abordan las notas del tema de apertura, 'Candy Shop'. Luego llegan 'Beat Goes On' -en el que se acerca al público en un flamante Rolls Royce blanco- y 'Human Nature'. Con 'Vogue', el exitazo de la artista en 1990, se enardece a los fans más veteranos, que tienen tiempos de paladear una escena de boxeo coreografiada con la música de 'Die another day' antes de escuchar un clásico ochentero como 'Into the Groove' -en el que va incluida una lección de saltar a la comba-, y un 'Holiday' que definitivamente enloquece a la parroquia. Ahí se encuadra el homenaje a Michael Jackson, con un bailarín imitando el paso del 'moonwalk'.

Luego suena 'She's not me', que Madonna dedicó en Barcelona a todas las asistentes. Luego, la reina del pop canta 'Music' con elementos de 'Put your hands up for Detroit' y 'Last night a DJ Saved my Life', a los que sigue un popurrí de éxitos. No puede faltar la controversia en forma de alusiones religiosas o sexuales -o ambas a la vez- que aparecen en 'Spanish lesson', en la que mezcla a monjes con un torero y bailes seductores. Siguen la nostálgica 'Miles away' y una revisión zíngara de 'La isla bonita', con el trío rumano Kolpakov. El éxtasis final llega con '4 Minutes' -el primer single de su último álbum-, 'Ray of Light', 'Hung Up' y el provocativo 'Give it 2 me'.

Dinamismo puro

Cerca de los 51 años, Madonna no deja de deslumbrar sobre el escenario con ocho cambios de atuendo que permiten, durante dos horas, un recorrido por sus diferentes etapas musicales, desde la invocación a los años veinte hasta la música de baile de su último trabajo, con el apoyo de dieciséis bailarines y doce músicos.

Con el concierto en Barcelona, el equipo de Madonna retomó la gira tras la anulación del concierto del pasado domingo, que debía celebrarse en el estadio Velodrome de Marsella. La muerte de dos operarios que trabajaban en el montaje del escenario en la ciudad francesa motivó esta decisión, que Madonna acompañó con una frase elocuente: "Ha sido un tiempo de tristeza y confusión, que nos hace darnos cuenta de lo afortunados que somos de estar vivos".

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