Se trataba de un evento benéfico destinado a recaudar fondos para ofrecer una mejor y más completa educación en los colegios de barrios más humildes. Nueva York acogió esta convocatoria a la que asistieron caras tan conocidas como Heather Graham, Sean Lennon, Donna Karan, Gwyneth Paltrow y Madonna con su hija Lourdes María, a la que cada vez es más habitual ver en este tipo de citas públicas.
A sus trece años, mucho se ha dicho del estilo de la sucesora de Madonna que tiene un gusto muy personal y ningún reparo en mostrarlo, aunque en ocasiones, como en este caso, sea de lo más extravagante. Y es que la joven combinó un bonito mini vestido en tonos carne y verde con unas medias rotas, botas militares y cazadora de cuero. Una mezcla un tanto discordante que contrastó mucho con la sobriedad de su madre, con un sencillo vestido negro. La artista fue en su época todo un icono de la moda, con sus rompedoras mezclas y atrevidos estilismos, que ha ido matizando y suavizando a lo largo de su carrera, unas ganas de sorprender que parece haber heredado su hija.
Las dos sonrieron a la cámara sin soltarse de la mano, una sonrisa que cada vez es más similar, como lo será también su vida si Lourdes acaba con éxito sus estudios en una academia artística neoyorquina en la que está a punto de ingresar. Allí se preparará para seguir el camino hacia el estrellato, campo en el que, sin duda, tiene a una buena maestra. En la fiesta coincidieron con una buena amiga de Madonna, Gwyneth Paltrow. FUENTE
A sus trece años, mucho se ha dicho del estilo de la sucesora de Madonna que tiene un gusto muy personal y ningún reparo en mostrarlo, aunque en ocasiones, como en este caso, sea de lo más extravagante. Y es que la joven combinó un bonito mini vestido en tonos carne y verde con unas medias rotas, botas militares y cazadora de cuero. Una mezcla un tanto discordante que contrastó mucho con la sobriedad de su madre, con un sencillo vestido negro. La artista fue en su época todo un icono de la moda, con sus rompedoras mezclas y atrevidos estilismos, que ha ido matizando y suavizando a lo largo de su carrera, unas ganas de sorprender que parece haber heredado su hija.
Las dos sonrieron a la cámara sin soltarse de la mano, una sonrisa que cada vez es más similar, como lo será también su vida si Lourdes acaba con éxito sus estudios en una academia artística neoyorquina en la que está a punto de ingresar. Allí se preparará para seguir el camino hacia el estrellato, campo en el que, sin duda, tiene a una buena maestra. En la fiesta coincidieron con una buena amiga de Madonna, Gwyneth Paltrow. FUENTE
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