martes, 19 de junio de 2012

Madonna, diosa eterna del pop


La 'ambición rubia' es un personaje que siempre ha entendido su época y que ha sabido conectar con la juventud


Llega el nuevo show de Madonna, una artista que ha sabido reinventarse hasta llegar a sus 53 años como la diva del pop que es y la madre de todas las Lady Gaga actuales. Madonna Louise Ciccone ha creado un personaje que siempre ha entendido sus épocas, rodeándose de músicos, productores y cantantes que conectan con la juventud, como es el caso de MIA en el rotundo single Give me all your luvin de su nuevo disco MDNA, un pegadizo tema que suena a electroglam. También recurre a las armas del populismo, como su desinhibida actuación de hace unos días en Estambul, en la que ante más de cincuenta mil personas se atrevió a bajarse el sujetador para enseñar su pecho, aunque su lúbrico acto ha tenido bastante menos repercusión que el de Janet Jackson.

Todo sirve para avisar de que llega el Madonna World Tour 2012, una gira mundial que empezó el 29 de mayo en Tel Aviv. Y no importan tanto los efectos especiales y las coreografías del espectáculo como lo que su sola presencia significa: estar ante una estrella del pop que lo es desde su primer single, Everybody, editado en 1982. Aunque más que cantante, Madonna es una auténtica fiera del espectáculo que ha sido capaz de esculpir un icono, controlando su carrera con la mano férrea de un empresario. De hecho, incluso llegó a tener una productora y un sello, Maverick, en el que grabó sus mejores discos Mshell Ndegeocello. Y ya en el inicio de su carrera, cuando editó su primer álbum, Madonna, mostró su carácter al despreciar el sonido mainstream del productor Reggie Lucas para ofrecer las canciones a su novio John 'Jellybean' Benítez, buscando conectar con el pop y la escena dance. Control en el sonido e inteligencia al crearse una imagen, convenientemente salpicada de escándalos y coqueteos gossip.

Su matrimonio con Sean Penn fue tan sonado como breve y en su primera gira, The Virgin Tour, de lo que se habló no fue de su directo sino de las fotos en las que aparecía desnuda en las revistas Penthouse y Playboy.

En su segundo y célebre disco Like a virgin (1984) la cantante italoamericana demostró que conectaba con la música de baile más chic, llamando como productor a Nile Rodgers, y también con el sonido new wave, cuya inmejorable perla es Material girl. Luego llegaron los tiempos de la Blond ambition world tour, su tercera gira, con Like a prayer y su controvertida yuxtaposición de catolicismo y sexualidad. El sexo ha sido un tema recurrente y para la historia queda su libro Sex, calificado de porno blando, que acompañaba a Erotica.

Su errático paso por el mundo del celuloide, con apariciones estelares en Evita y Dick Tracy, más bien le creó cierto desprestigio del que se ha resarcido gracias a vídeos promocionales; sea con la elegancia en blanco y negro de Vogue, el misticismo de Frozen o el estilo aerobic de Hung up. El mensaje es tener el cuerpo sano y una mente abierta, que te permita estudiar la cábala, casarte con un director de cine inglés, escribir cuentos, dar besos lésbicos, engendrar hijos con tu entrenador personal o ir a buscarlos a Malaui.

Una de sus giras de más éxito fue la del Drowned World Tour (2001), un cuidado show en el que aparecía de dominatrix, geisha, vaquera o pseudoflamenca. También fue sonada su salida de Warner Bros para fichar por Live Nation, en el momento en el que las discográficas empezaban a naufragar y las promotoras de conciertos se hacían de oro. Y sigue ahí, en la cúspide, amenizando la Super Bowl y siendo referente e influencia para una variada lista de artistas, que van de Britney Spears a Christina Aguilera pasando por Gwen Stefani, Nelly Furtado e incluso Shakira o Beyonce. Una wonder woman del pop, una diosa eterna. FUENTE

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