La cantante pasó de incógnito por el país y pocos se dieron cuenta de su presencia. Disfrazada y con una peluca morocha aprovechó el arribo de Lionel Messi para pasar inadvertida. Se alojó el martes en un hotel de Puerto Madero y fijó detalles para sus recitales en Argentina cerca de fin de año.
Nadie lo sabe, pero muchos la vieron. Madonna estuvo
en Buenos Aires de incógnito para cerrar algunos acuerdos técnicos
para sus recitales en River. El diario Crónica cuenta algunos de los
detalles de su arribo en la madrugada del martes.
La reina del pop llegó al país en la madrugada del martes, con una
larga vestimenta negra, peluca al tono, acompañada por algunos
musculosos que llamaban la atención en el hall del aeropuerto de
Ezeiza. En tiempos de alquiler de custodios para cualquier figura,
nadie profundizó sobre quién era la morocha que llegó tapada con un
velo, que aprovechó la llegada de Lionel Messi para que nadie se fije en ella.
Las miradas nunca dejaron de posarse sobre la figura del jugador del
Barcelona, que mientras firmó algunos autógrafos en la madrugada del
aeropuerto de Ezeiza, Madonna salía sin llamar la atención, acompañada
por sus hombres de seguridad, ascendiendo sin problemas a una camioneta
Mercedes Benz gris, con vidrios polarizados y partió con rumbo
desconocido.
“Crónica” pudo averiguar que Madonna, que se presentará en River el
13 y 15 de diciembre, llegó al país para realizar algunos trámites
técnicos vinculados al sonido y las luces de sus presentaciones, para
ello se aseguró con la empresa local la misma técnica que utilizó Michael Jackson durante sus presentaciones en el estadio Monumental.
Madonna descansó en un hotel de Puerto Madero, recibió a los
encargados de la técnica y los productores que la traerán en diciembre
y abandonó el país en la madrugada de hoy (alrededor de las 4 de la
mañana), sin dejar ningún rastro. FUENTE
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