Entre ellas, Barcelona, donde vendió en cuestión de horas las entradas para su recital del día 20 de junio, lo que obligó a programar una nueva fecha al día siguiente que también está a punto de colgar el cartel de localidades agotadas.
Después de cuatro años de silencio, Madonna publicó el pasado mes de marzo su disco de estudio número 12, MDNA, un trabajo ecléctico lleno de ritmos dance con los que la Reina del Pop ha demostrado que la presunta amenaza de estrellas como Lady Gaga o Rihanna de momento no le afecta.
Al fin y al cabo, después de casi tres décadas dedicada a la música, si algo ha conseguido la cantante es convertirse en una marca de valor asegurado. Su nombre es sinónimo de millones de dólares ganados. Y no precisamente por la venta de discos, que ahora son casi una excusa para salir a la carretera a dar conciertos; sino en la cantidad de sold outs conseguidos a pesar de tocar en grandes estadios a los que entrar, dependiendo del asiento reservado, puede costar varios cientos de euros.
El caso es que Madonna los vale, y sólo los que han ido a uno de sus conciertos saben que verla sobre un escenario es una experiencia comparable con nada. Ella, más que música, ofrece espectáculo con mayúsculas, y quizás por eso la gira agotó fechas un mes antes de que el nuevo disco se pusiera a la venta. A su público no le importa lo que cante mientras sea ella, y por eso la inversión siempre merece la pena.
Rodeado de un secretismo absoluto, de momento no se ha filtrado información fiable desde los ensayos de este concierto, que han durado tres meses. Sí se sabe que la mayoría de canciones de MDNA como Girl Gone Wild, Gang Bang, Im Addicted o Turn Up The Radio estarán en el setlist, pero la sorpresa serán los antiguos hits que mezclará con ellos, aunque algunos como Express Yourself o Justify My Love se dan por seguros.´FUENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario