La gira mundial de Madonna arriba a Rusia: los seguidores de la diva del pop ya disfrutan anticipadamente el supershow (y tal vez algún que otro escándalo) del 7 de agosto en Moscú y del 9 de agosto en San Petersburgo.
Madonna clama por la paz y la concordia, pero es capaz de aparecer con armas en escena. Se presenta con un streaptease en Turquía, país musulmán, y proyecta en Francia videos de contenido político ofensivo, que animan a la derecha francesa a acudir a los juzgados. ¿Cómo no ofenderse, cuando los líderes de la derecha son presentados en atuendos nazis? Durante su gira, la estrella tuvo la ocasión de discutir también con los católicos. En Polonia, sus detractores reunieron más de cincuenta mil firmas que abogaban por suspender el concierto de Madonna previsto para el día en que se conmemora la Rebelión Antifascista de 1944, suceso que costó al país la vida de más de doscientas mil personas. Lo cierto es que la cantante, que profesa el ancestral credo judío de la Cábala, consiguió hacer las paces con los polacos, al mostrar antes del comienzo de concierto una crónica cinematográfica de la sangrienta rebelión en Varsovia. Los fanáticos le aplaudieron de pie. El productor ruso de Madonna, Ildar Bakéev, explicó a La Voz de Rusia:
—Es cierto, los espectáculos de Madonna siempre están vinculados a una serie de escándalos. Porque se trata de los mejores espectáculos que existen. Es una cantante por la que se fajan los promotores, es el bocado más apetitoso. Ella le interesa a todos. Es un suceso. Madonna hace tiempo que dejó de ser una simple cantante. Es una persona de influencia global. Por supuesto, un artista así llama la atención. Es por ello que mucha gente inicia estos escándalos y se promueven utilizando la imagen de Madonna. Respecto a su propia actitud, ella es una persona independiente, y dice lo que piensa.
Ahora en Rusia, Madonna “decidió” apoyar las minorías sexuales. Esto incomodó especialmente a los directivos de San Petersburgo, donde no hace mucho fue aprobada una ley que prohibe la promoción de amor homosexual. Es por ello que los respresentantes del consejo legislativo de la capital norteña contolarán durante el concierto si la estrella no infringe los principios morales y legales de San Petersburgo. Y los legisladores están decididos a hacer valer sus posiciones.
Sin embargo, los organizadores de la gira no prevén ningún escándalo en Moscú. La sala de conciertos Olimpiiski literalmente se remodelará en vísperas del arribo de la estrella, y el público tendrá la oportunidad de encontrarse con Madonna de “tú a tú”, señala Ildar Bakéev a La Voz de Rusia:
—El escenario está muy cerca de los lunetarios, es la disposición más cómoda durante toda la gira de Madonna. Y ello compensará a los moscovitas que no pudieron “ver de cerca” a Madonna durante su gira anterior. El escenario de por sí es inusual: se trata de una especie de triángulo grande, que se adentra en el público, en la zona de baile de los fanáticos. Y dentro de ese triángulo hay espacio para doscientas veinte personas, que serán elegidas entre los seguidores más activos. Eso significa que los espectadores serán parte activa del espectáculo, que está concebido teatralmente. Cada canción contará con una serie de videos. El espectáculo es volumétrico, pero no se trada de un espectáculo 3D, que requiere del uso de espejuelos, sino de una concepción espacial de la escenografía, la iluminación y el sonido. Hasta hoy, nadie ha hecho nada de tales dimensiones, a una escala tan grande y con tanto equipamiento. Es un espectáculo sobrecogedor. Yo creo que todo el que se sienta atraído por la música pop debería ver este espectáculo. Sin importar si le gustan o no las canciones de Madonna.
Los organizadores trataron de complacer todos los caprichos de la exigente diva del pop. Veinte líneas telefónicas internacionales, cuarenta locales de vestuario, agua de manantiales de las montañas, y etc. Con tales truenos, el deseo de Madonna de tener un ramo de rosas frescas en su local parecería inocente, aunque las flores deban ser de un largo determinado y de un color rosado claro. Pero todo eso son nimiedades. Hay exigencias mucho más serias, incluyendo un cuerpo de vigilancia reforzado, ya que Madonna siempre teme ser atacada. Y el lugar de hospedaje, donde residirá junto a sus allegados (la estrella viaja siempre con sus cuatro hijos, su amante y todo su séquito) deberá mantenerse en secreto. Además, le acompaña todo un equipo de esterilizadores, que deben eliminar cualquier vestigio de su presencia tanto en el escenario como en el hotel. ¿Las razones? Madonna tiene pánico que le roben su ADN.
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