viernes, 30 de marzo de 2012

¿Quién es esa mujer?



Artista, madre, famosa, diseñadora, cantante, escritora, directora, productora, cabalista, dueña de gimnasios... A los 53 años, con su 12º disco listo, el camaleón se pone brillante






IDOYA NOAIN
En 1987, cinco años después de editar su primer sencillo y cuando se preparaba para embarcarse en su segunda gira mundial, Madonna hizo una reflexión. Ella era como "arcilla sin moldear" y podía, "con el tiempo y con la ayuda de gente", transformarse, convertirse "en otra cosa". Bautizó ese tour mundial Who's that girl, ¿quién es esa chica? Y así lanzó al mundo un interrogante que ha replicado, replanteado y llenado de multitud de respuestas diversas durante un cuarto de siglo.

Madonna en una foto de archivo.

Portada del nuevo álbum de Madonna 'MDNA'. Archivo
Madonna es, entre otras cosas, una mujer de 53 años; madre de cuatro hijos; directora, productora, guionista y actriz de cine; icono de moda y también diseñadora; creadora de perfumes; empresaria, millonaria, escritora de exitosos libros infantiles, católica convertida al seguimiento de la Cábala, impulsora de una incipiente red internacional de gimnasios, los Hard Candy Fitness, operativos de momento en México y Moscú y, a partir de abril, en Santiago de Chile; la mujer que con dos adopciones (y un documental) hizo que muchos ojos se volvieran hacia Malaui... Pero hoy, víspera de la publicación de MDNA, su 12º disco de estudio, vuelve a ser, sobre todo, la estrella musical, ese camaleón que puede cambiar de color pero no muta de piel y que, tras vender más de 300 millones de discos, sigue convirtiendo con maestría cada uno de sus lanzamientos en brillantes fenómenos mediáticos y multimedia.
Lo que antes eran colas en las tiendas ahora son órdenes por adelantado en iTunes y lo que era MTV son Facebook y YouTube, pero si aquello no se le resistió a la ambiciosa pero entonces inexperimentada Ciccone --aquella chica que llegó a Nueva York a los 17 años desde Michigan en su primer viaje en avión con 35 dólares en el bolsillo-- los secretos del ciberlaberinto, pese a la competencia que lo enreda, no escapan a alguien que ya reconocía, sin tapujos y sonriendo, en una de sus primeras entrevistas uno de sus talentos: "Manipular a la gente, en eso soy buena".
No falta quien, como ha sucedido siempre, la cree musicalmente acabada o, en este inicio del siglo XXI, intrascendente, convertida en una más, o peor aún, en una versión de la Margo de Eva al desnudo aplastada por la sombra de quienes se han modelado a su imagen. Pero a los más jóvenes, los más desmemoriados o los más cínicos que en vídeos como el de Girl gone wild ven demasiado eco de Lady Gaga, les convendría estudiar a fondo el trabajo (y la vida) de Madonna a lo largo de las décadas, donde todo estaba ya ahí: la determinación, la provocación sexual, religiosa y social que ella siempre ha defendido como una exploración de sí misma y sus fronteras; la carne, la moda, el ritmo, una feminidad madonniana que le granjeó duras críticas de algunas feministas, los pasos artísticos y personales que le hicieron icono para buena parte de la comunidad homosexual... Y tampoco les vendría mal pensar, antes de enterrarla, en Paul Grein.
Animal enjaulado
Grein era un editor de Billboard que en 1985 se atrevió a declarar: "Madonna estará fuera del negocio en seis meses". Lo hizo en la revista Time y en la misma frase en que aventuró que Cindy Lauper se mantendría en boga largo tiempo. Pues bien, quien hoy canta "girls they just wanna have some fun" es Madonna. Y lo hace, precisamente, en la canción y el vídeo de Girl gone wild, en el que aparece el español Jon Kortajarena.
Puede resultar difícil de creer, pero Madonna aún parece divertirse con la música. Y ansiaba la inmersión, por ejemplo, en la producción de este disco y en la preparación de la gira (que pasa por el Sant Jordi el 20 y 21 de junio). Tras el rodaje de W.E., su segundo largometraje de ficción como directora y guionista tras Filth and wisdom, ha confesado que se sentía "como un animal enjaulado" y necesitaba "volver a la simplicidad de las emociones crudas".
Como ha hecho siempre, se ha rodeado de colaboradores --"no puedo trabajar sola", dijo en la radio en la primera entrevista promocional del disco, "necesito oír lo que la gente piensa todo el tiempo"--. Como acostumbra también, ha creado canciones donde las letras esconden solo superficialmente su persona y sus personajes, y más de uno piensa en su segundo y último exesposo, el cineasta británico Guy Ritchie, al escuchar Gang bang, que según ella misma es "la canción definitiva de venganza" mezclada, eso sí, con "pena, un corazón roto y humor". Y además esta vez ha conseguido que Lourdes, la primera de sus cuatro hijos (que tuvo en 1996 con su preparador físico, Carlos Leon), le acompañe en otra de las canciones, Superstar.
Madonna, que en el 2006 debutó como diseñadora de ropa con una línea para H&M, ya trabajó con Lourdes (más conocida como Lola) para lanzar Material Girl, un sello de ropa juvenil, donde la joven además ha desarrollado una línea de maquillaje. Y este verano llegarán a las tiendas los zapatos de Truth or Dare, una marca bajo la que Madonna prepara ropa para adultos, complementos, perfume y, como no podía ser de otra forma en el caso de la mujer que ayudó a hacer de la ropa interior vestimenta, lencería.
Mucho que decir
Sea en celuloide, en patrones, en libros, en discos o en conciertos, en entrevistas o en la vida, a Madonna, Madge, le queda "aún mucho que decir", según ha reconocido recientemente ella misma.
Puede no ser la artista más brillante, pero indudablemente es una de las más y efectivas y, posiblemente, es la que mejor ha sabido controlar su propia imagen y su propio camino. Y por eso al resto lo que nos queda es prestar atención y preguntarnos no tanto quién es esta mujer, sino, más bien, qué es.
Probablemente la mejor respuesta, o por lo menos la más influyente para la propia Madonna, está en Christopher Flynn, el ferviente católico que fue su estricto profesor de baile cuando era una adolescente tocada por la muerte de su madre. Fue ese hombre (al que la reina del pop dio las gracias cuando en el 2008 fue incluida en el Rock and Roll Hall of Fame) quien le repitió "eres diferente", "eres bella". Nunca le dijo que sería una gran bailarina, pero sí algo más importante: "Eres muy especial". Y Madonna le creyó. FUENTE

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